El tibial posterior es uno de los músculos más potentes de
la pierna. Es el principal estabilizador
del arco longitudinal del pie. Su inserción distal , en forma tendinosa,
llega hasta varios huesos del medio pie. Su contracción ,durante la fase de
apoyo de la marcha, provoca la flexión plantar del tobillo e inversión y aducción
del pie.
La insuficiencia o disfunción del tibial posterior (DTP)
representa una pérdida de la acción de este músculo por tendinopatía. Se trata
de una alteración típicamente unilateral. Es una de las causas más comunes de pie plano adquirido en el adulto sano
y/o de dolor en la cara medial del tobillo y pie, pero puede ser asintomática.
A menudo repercute sobre la marcha normal y la carrera. Se ha visto que una
elongación del tendón superior a 1 cm puede ya hacer inefectiva su función, al originar debilidad muscular. La pérdida de
integridad del tendón del tibial posterior permite al peroneo lateral corto, su
antagonista, una acción sin suficiente oposición. En condiciones normales la
fuerza relativa del músculo tibial posterior es de más del doble de la del
peroneo lateral corto. La DTP suele ser progresiva y se presenta con un espectro
clínico muy amplio. Se suele asociar normalmente, a lo largo de la evolución
del proceso, a alteraciones en los ligamentos (estabilizadores estáticos).
Causas
El exceso de uso del tendón tibial posterior es la causa más frecuente de
la tendinitis del tibial posterior. De hecho, los síntomas habitualmente se presentan
después de realizar actividades en las que está involucrado el tendón, tales
como correr, caminar, senderismo o subir escaleras, andar descalzo y otras
actividades donde se degenera el musculo.
Pronación: consiste en
caminar con la parte interna del pie. Caminar de esta manera afecta el esfuerzo
normal de los pies, lastima el arco y el tobillo se inclina hacia adentro. Para
compensar, los músculos trabajan más fuerte y se cansan. Esto puede llevar a
una inflamación crónica del tendón. Por mucho tiempo, esto puede causar que el
tendón se deteriore, se encoja, y que se pueda romper completamente. Sí esto
sucede, el pie se aplana. Esta condición.
Inflamación crónica, asociada con artritis reumatoide u otras enfermedades
artríticas.
Síntomas
La sensación que produce el cuadro clínico de "tendinitis
del tibial posterior" es de dolor en la parte interna del pie, bajo el
tobillo o en el mismo canto llegando, incluso, a la fascia plantar.
Como síntomas y
signos de sus puntos gatillo tenemos:
·
Dolor irradiado en región retromaleolar interna,
que aumenta con la aducción-supinación-extensión del pie, como son las acciones
deportivas de salto, puntas del ballet, etc.
·
Dolor a punta de dedo en la región paratendinosa
del músculo a nivel de su inserción, frecuente en los corredores de fondo.
Se puede confundir con la "tendinitis aquílea
baja", con la fascitis plantar o con la distensión del ligamento interno
del tobillo, también llamado ligamento deltoideo. Por arriba, la tendinitis del
tibial posterior, es dolorosa en la parte anterior del sóleo y en la del gemelo
interno, especialmente en su tercio inferior. También duele al estirar gemelos
flexionando el pie hacia la pierna.
Tratamiento de
Fisioterapia
Voy a comentaros el tratamiento que creo que sería el
adecuado, aunque puede ser que tenga algún error:
·
Terapia manual específica para la liberación de
la articulación del tobillo.
·
El ejercicio activo (trabajo excéntrico y
estiramientos)
·
Crioterapia
·
Termoterapia
·
Electroterapia (corrientes tipo: Interferencial
(antiinflamatoria)
·
Masaje de liberación de puntos gatillo.
·
Vendaje funcional
Como complemento al tratamiento acudiría a un podólogo para
un estudio biomecánico de la marcha y para que me recomendara el posible uso de
plantillas y ortesis ortopédicas (medias de compresión) para la hora de
entrenar.
Estiramiento y vendaje del Tibial Posterior
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